martes, 7 de septiembre de 2010

·Julio y agosto·

Julio y agosto transcurrieron sin letras que atestiguaran su existencia. Realmente me cuestiono si sirvo para esto de la escritura creativa, o si estoy destinada a perecer enterrada en el hoyo secundario de los académicos (esos que saben leer, pero no escribir). Quisiera la tumba de los escritores, que está al ladito, pero es mucho más alta (y más escasa). En fin. Julio y agosto... ¿Qué fue de ellos?
Hoy supe de la imbecilidad de los posmodernos al querer realizar poesía sin mímesis.
Y es que la mímesis lo es todo, ¡todo!
Si digo "sol" me estoy refiriendo no a un concepto, sino a un ente de la realidad. Si me refiero a un ente de la realidad, a través de otro formato que no sea la realidad misma, estoy necesariamente IMITANDO. Pero no, ellos querían escribir sin mímesis.
Así que julio y agosto no tienen su correlato. No tienen la compañía de las letras que les darían vida eterna (o eterna hasta que blogspot decida desaparecer). Julio y agosto no tienen su mímesis.
Pero fueron buenos meses. Buenos como todos los que he tenido hasta ahora.
Quizás me falta la gota adolescente para crear textos de mayor intensidad, y al parecer mi desorden hormonal no es suficiente para volver a los 17.
En fin, julio y agosto quedarán, al menos, grabados como los meses de menos inspiración.
O quizás como el vago pero indudable registro de mi incapacidad literaria. O quizás la triste realidad representada a través de un hueco en una página web. O quizás todo eso junto. O quizás nada de eso.