miércoles, 23 de mayo de 2012

·Happiness·

Cuando pensamos que ya no podía más.
Y estamos aquí, pensando en jamás aterrizar. 
Resulta tan ridícula la idea del infinito hace unos cuantos años, cuando ahora el infinito se retuerce para ser una expresión banal. Qué sabía el infinito de hace dos años con el infinito de hoy día, frente a mi computador.
Qué sabíamos.
No sabíamos que la eternidad estaba hecha para pertenecernos. 
Estaba hecha para que el aterrizaje nunca se efectuara
para que levitáramos. 
Y son tan lejanas ya esas letras... de don't look back in the black, o de i'll try to forget you and i know that i will. Tan ilusas. Tan. Tan todo. Tan incapaces de predecir.
Porque no sabíamos que no aterrizaríamos jamás, que nos juntaríamos allá. O aquí. En esta eternidad tan limpia del black. 
Ya no existe el run rabbit run. Ya no existe olvidar el sol y esconderme.
Ahora sé.
El back down solo parece una vieja historia adolescente cuando te veo a ti,
llevándome hacia allá. Hacia ese cielo del que no pensamos aterrizar, del que no queremos aterrizar.
Me río del pasado. Me río del "back", del "down", del "black". Porque ahora es todo así: futuro, arriba, luz.