lunes, 23 de mayo de 2011

·2011, 0.48 am·

He olvidado la creación. Así como los teóricos han olvidado la literatura misma, sumergiéndose en ese mar posmoderno de los discurso interculturales, intermodales, inter no sé qué cresta, donde ya no existe la obra misma, el texto mismo, la literatura misma. Y yo... yo he olvidado la creación. Y es que supongo que me he convertido en "uno más" de los miles de aficionados que escribió de adolescente, de esos que (me da risa escuchar) gustaban de "escribir cuentos". Doy pena en este rincón olvidado, en este desierto árido, el más árido de Chile. No hay frutos en este desierto, ni siquiera un brote, no hay nada: es blanco, blanco y gris. La esterilidad en su máxima expresión. Mi propia esterilidad retratada, reflejada. Una suerte de combo en el alma.
Y cada vez que me asomo aquí es porque la felicidad se ha trizado por algo. Pero son trizas tan miserables, que solo alcanza para escribir un par de líneas. He forjado una gran pared en contra de los demonios y al parecer estos se han aburrido de intentar traspasarla. Así que soy estúpidamente feliz, estúpidamente académica, estúpidamente teórica... pero en el fondo no hago nada. Me quedo en lo superfluo, en lo inter-disciplinario (que es lo que la "lleva" hoy en día, jah), en lo inter-sentimental. Me quedo en facebook y no en mywindowpane. Me quedo en el libro que, supuestamente me representa, y no en el abismo de asomarse a mi ventana. Esta ventana en donde se encuentran ocultos los más recónditos sentimientos que no pertenecen a ningún área de análisis... Esta ventana que me recuerda lo importante de reflexionar (y no sobre la relación entre la marginalidad en tales textos, ni lo femenino en blah y blah), sino que reflexionar en mí misma y en mi alma... reflexionar sin inter disciplinarme con nada, sino solo Celeste... con la Celeste. 
Me gustaría reencontrarme más, dejar la esterilidad y escribir a destajo. No poesía, ni tampoco novelas. Quizás cuentos, o quizás solo estos delirios que me han acompañado durante siempre. Quisiera poder escribir. Y punto.
 Poder escribir con líneas, aunque sean débiles, este texto incompleto que llamo (mi) vida.

1 comentario:

Anónimo dijo...

A veces creo que te entiendo tan bien. Te mando un abrazo :)
Pamela