jueves, 29 de abril de 2010

·Faces·


El simulacro te traicionará en algún minuto, en cuanto esa máscara pálida y fría pierda su contextura, cuando la fisionomía delate tu doble estándar, o cuando las disyunciones se acaben ineluctablemente.
Entonces veremos ese cráneo negro, sucio de mentiras y de apestosas farsas. Y los huesos podridos ya no podrán recuperarse. Estarán muertos y carcomidos por el cáncer en fase cuatro, por la ficción y por el teatro.

viernes, 16 de abril de 2010

·Veneno·


Esa copa de veneno negro, en la esquina de la mesa. Una aureola oscurece la madera, donde la copa de veneno negro se apoya, pudriendo. El cristal de esa copa de veneno negro, salpicado de veneno negro. La mano que en un ademán violento sujeta la copa de veneno negro, dejando caer de ese veneno negro, en un traje también negro. El líquido negro que golpea las ventanas, acompasando el momento con una marcha, tac tac tac tac. Suena el vidrio, herido por esa lluvia negra, que penetra por la hendidura corroída que nunca reparó. La mano sujetando la copa de veneno negro, sintiendo el calor tóxico vulnerando las capas de la piel. Ese veneno negro, en esa copa contenido. De un trago se lo bebe, se bebe el veneno desde la copa de veneno negro, y siente poco a poco morir sus entrañas, el grito desesperado de sus órganos, y luego el silencio,
el silencio y un sueño negro.

martes, 13 de abril de 2010

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El peligro que me acosa, me sanciona.

La razón que me cobija, se diluye.
El miedo, aliado eterno, se transluce.
Y esa mano, amada mía, que me toma.

La sombra en el parapeto, me repite.
El calor de mis mejillas, me incinera.
El simulacro de ojos verdes, se desmiente.

Y esa lluvia que me aplasta y que me yerme.

Te repito en el peligro que desmientes,
te sujeto con la mano que incineras,
la razón que nos persigue se desmiente,
y esa lluvia nos aplasta y nos yerme,
amado mío...
el calor de mis mejillas me sanciona.