miércoles, 12 de noviembre de 2008

· La Flor Azul ·

Por un momento sentí el ardiente deseo de escribir... pero al instante mismo en comenzar me voy dando cuenta de que las frases se repiten, apenas distintas por un leve cambio en el orden, o un sinónimo bien colocado.

Me pregunto si llegará el minuto en que los ensayos absorberán mi capacidad creativa, o si terminaré como aquella profesora que nos advirtió una vez no dejar nunca de escribir (como ella lo había hecho).

Sí... y resulta paradójico pensar que mientras más me sumerjo en el impetuoso mundo de la literatura, más me alejo de la creación misma, del origen del ensueño, del retorno constante a mí misma y, a la vez, más me acerco a la contemplación rutinaria de retórica trillada, páginas más blancas o más cafezosas, el saboreo sólo instantáneo de alguna bella figura literaria que se perderá rápidamente en el mar de hojas incapaces de presentarme un placer que me lleve al éxtasis.

Y entonces creo que es hora de releer.
Releer aquellos cuentos que delinearon mi futuro, futuro en el que me veo inmersa y (por qué no decirlo) feliz.

Pero comencé mencionando que deseo escribir, y ya me desvié a la lectura como una necesidad nueva. A veces me sorprendo de esa capacidad retroalimentativa de mis pasiones. Que mi fuente de inspiración se encuentre, a la vez, como actualización de la tradición literaria hispanoamericana. Mi escritura es quizás tan efímera como la precaria representación de los ideales surrealistas y, sin embargo, la adoro.

No consigo ligar demasiado bien mis frágiles pensamientos. Ahora frágiles. Pero ya quiero el descanso y reconstituir mis agonías, mis fuertes emociones que a chorreras desprenden las hermosas (según yo) hilvanaciones de palabras (frases, ideas... después de todo es una redundancia, pero bella... no puedo no amar los epítetos).

Y así esperaré, segura de que aquellos soliloquios volverán. Lo sé porque antiguos susurros me lo aseguran (susurros de Cortázar, de Sábato...), y también porque se ha marcado una nueva era en mí. Aquella era que se configura junto a ti.

Y no sé por qué tengo la sensación de que gracias a eso jamás se esfumará de mí ese resplandor que me permite brillar. La sensación de que la escritura y la lectura son capaces de delinearnos de manera perfecta y complementaria. Un día como estos en que todo nos sonríe... y en el que siento la necesidad imperiosa de reclamarle unas líneas eternas a mi corazón, sólo para que tú... sólo para que tú las leas.


lunes, 22 de septiembre de 2008

· No han pasado ni cinco minutos ·

En la ribera me siento a oír el viento zumbar tras mis oídos que parecen no querer recibir más que algunos suaves susurros que se mezclan con las hojas caídas del otoño del árbol que hoy ya tiene nuevamente el verde de esos sueños que vimos crecer todo un invierno todo un verano toda una vida entera que pareció querer llevar las desventuras hasta el punto culminante en que nuestras manos se encontraran y entrelazaran y eternizaran y amaran como aquellas bancas gélidas jamás creyeron poder concretar en su efímeras visitas semanales y mensualmente intermitentes de días enteros melancólica extrañando el olor del perfume que me hacía suspirar día a día y noche a noche como ahora como esta noche cuando hace algunos minutos te fuiste y dejé de sentir la calidez de tu abrazo la humedad de los besos y la sonrisa permanente de esos labios y esos ojos que me tienden un camino hacia el futuro anhelado hacia lo que siempre quise y entonces miro alrededor buscando la presencia que nunca desaparece y que se hace imperecedera y puedo reír a mis anchas expresando mi alegría gritando que soy feliz que soy feliz que soy feliz como nunca pude y afónica me quedo de las emiciones sobrepuestas superpuestas antepuestas pospuestas y afónica de patalear en el vacío al borde de la ribera en la que al segundo siento tus pasos tan cálidos tan míos para darme vuelta y divisar el puente indestructible ahí: en tus ojos.

martes, 16 de septiembre de 2008

· Pensamientos aleatorios de un momento indefinido ·


Ahora creo teñir de palabras el rincón que como espejo me refleja. Y puedo ver a través de mis líneas un mensaje intrínseco, una doble lectura. Es la interpretación que se teje durante el hilaje de ciertos sentimientos, aludiendo a realidades alternativas, a vidas externas. No veo otra emoción más que la que me permite sonreír sin pausas, dejando de lado ese cansancio que remueves en caricias, abandonando y escondiendo bajo la cama las pesadillas que alguna vez pudieron atormentarme. Mis pies parecen pisarlas, y las zapatillas sienten el acolchado bajo sus zuelas.

Me divierto caminando siempre hacia adelante. Puedo oír alrededor el griterío y obviarlo. Puedo respirar el aire contaminado sin enfermarme. Puedo cruzar el abismo tranquilamente. Puedo cruzarlo por el puente. Y estoy divertida de poder caminar siempre hacia adelante, como si no existiese más pasado que el segundo que adelanté hace exactamente un segundo, y el futuro fuese aquel que con ansias espera mis ojos brillantes. Mis ojos brillantes brillando bajo el sol.

Cuántas cuentas regresivas hube de sortear...

Y sin embargo ahora, la bomba de tiempo ha sido aniquilada, anulada. Su estallido se congeló indeterminadamente; me atrevería a especular que eternamente... Es eternidad a lo que saben mis labios después del contacto.

No existe pasado propio. Sólo el que vemos tras el otro, el que está en frente, el pasado que quizás aún rasguña suavecito, que pronto se extinguirá porque el espacio alrededor de nosotros lo hará así también. Y entonces sólo sentiremos el futuro en nuestras manos. En ese espacio que te dije; donde respiramos el mismo oxígeno.

Ese espacio vacío que son los sueños... vacío que cual álbum completaremos.

domingo, 7 de septiembre de 2008

· Oh, yes ♪ ·

Y todo da vueltas. La cabeza parece un revoltijo de pensamientos, sentimientos, dolores, des-dolores, felicidades y cansancio. Ahh, sí. Porque lo quiero todo, porque soy una compulsiva, porque deseo a cada instante el saber infinito, porque deseo nuestros pasos en una sola mano, porque deseo exigirle a mi cerebro aún cuando las neuronas piden a gritos descaso, un stop, un break, un relax.

Así da vueltas, con las notas del piano, y esa frustración que intento canalizar con el estudio desaforado de unas cuantas partituras.

Y llego a Bilbao, sin saber cómo, soñando nuestros sueños, despierta, porque así estamos, despiertos, caminando, caminando...

Love me two times. Para siempre.

Y la sonrisa no puede evitar dibujarse en mi rostro. En el tuyo. Sin importar las arrugas posteriores, sin importar que contraste con el gris del cemento. Soy feliz. Somos felices.

Creo que me tomaré ese break. Al menos por hoy... al menos por hoy.
Mañana un nuevo día de conmociones, de emociones, de estudiaciones. Mañana un nuevo día, un nuevo nuestro día, el día número siete, el día dos meses y nueve, el domingo.

Al menos, el puente nos invita a refugiarnos del estrés. Sabemos que en cada mirada podemos tumbarnos en él, mirar el cielo tranquilamente, abrazarnos y estar en paz. Y así yo sé que, la próxima vez, no dejaré que los impulsos controlen mis palabras. La próxima vez será planeado. La próxima vez será meditado y corregido.

Hoy no. Hoy es de esas veces en las que dejo escapar, dejo escurrir. Y todo lo que sale es un desorden, una amalgama. Todo lo que se plasma es el sentimiento en erupción.

Se acabó; me voy a dormir.

Y me iré a soñar con la canción alegrando mi cansancio. Pensando en que no son dos veces, sino infinitas. Y en mis sueños te diré que tú también debes, y siempre.

Love two times, one for tomorrow, one just for today.

:)

sábado, 23 de agosto de 2008

· El Olimpo is falling down ·

Dice la mitología que los dioses y titanes convivieron incontables años antes de crear a los humanos (y esto de forma hipotética, porque el tiempo fue inventado por aquellos a los que les era efímero).
Su alfarería no los creó a su imagen y semejanza, sino como una especie de mascotas a las cuales podrían observar en los ratos de ocio. Lo más interesante eran las etapas; etapas que los inmortales no poseían; el nacer, el crecer, el envejecer y el morir. Sobre todo el morir.

Corrían a pies descalzos, primitivamente desnudos, indiferentes al lenguaje y bajo ninguna influencia más que los cambios climáticos. No sentían angustia, no se alegraban, no añoraban, no soñaban, no amaban...

Cuando la caja fue abierta, las emociones comenzaron a colmar sus débiles cuerpos. Cuando el fuego les fue dado, sus capacidades se desarrollaron de forma espantosa.

Los dioses creen no equivocarse. Los dioses creen ser aún los amos y señores de toda existencia (viva y no). Los dioses creen no equivocarse. Los dioses creen ser imperturbables, intocables.

Sin embargo allá van los humanos escalando el monte.
Sin embargo alzo la vista y veo a los grandes caer junto con sus estructuras, junto con sus palacios, junto con sus creencias.
El Olimpo se está rompiendo en mil pedazos.

Y mis ojos mojados sólo pueden pensar en que se equivocaron. Cuando los veo caer como animales ingenuos. Cuando doy media vuelta y me alejo.








(Me alejo pero me acerco. Me acerco a los iguales. Me acerco a ti)

martes, 19 de agosto de 2008

· Así te he amado, todo este tiempo ·


Siento que me asfixio.
Que mi cuerpo no aguanta, se expande, se infla.
Oigo hoy el revoloteo amplificado,
percibo hoy el cosquilleo constante.

Lo percibo.
Dentro, en mis costillas
Dificulta mi respiración, la entrecorta.
Y mi cuerpo no aguanta, se asfixia.

Porque allá van las mariposas.
Liberadas de la jaula que es mi pecho.
Allá vuelan, libres.
Amplificando el revoloteo constante.
Eternizando las sonrisas,
eclipsando los besos,
y volviendo a
mi cuerpo.




lunes, 28 de julio de 2008

· Celeste is happy too ·

Me pregunto si podré
revivir el mundo en este día tan
nublado.

y sigue. La vida agitada. Que el perro casi muerto, y el escándalo familiar. Llantos y la hermana grande morbosa.. que mira la herida, que mira el hoyo curiosa. Está movida la cosa, el presente camina a pasos agigantados para alcanzar el futuro anhelado, ese que se delimita como espejismo frente a nuestros ojos, pero fijo, porque existe. Solo falta caminar unos cuantos meses, recorrer unas pocas épocas. Porque pasarán las estaciones; el invierno se sucederá cálidamente (como burlándose del anterior, como queriendo echar abajo los prejuicios) hasta una primavera mucho más amigable aún con las alergias (que afectan a todos menos a ella) y así, así el verano y el otoño, así por años y décadas. Juntos, al final.

y siguió. Básicamente porque no confiamos en el término. Quisimos creer que se prolongaría, y entonces el final se deshizo. Para nuestra suerte, eso que creímos tan fuerte no nos engañó, y ahora nos impulsa a caminar apresuradamente (pero con cuidado, no debemos caernos en los hoyos, ni siquiera en el del perro), pero lento. Y los siglos parecen minutos. Porque eran minutos, y esta permanencia eterna es paradójicamente guiada por el cruce de nuestras manos al recorrer el siempre fiel parque (que nos vio nacer, morir, resucitar y ser). ¿Perduró porque jamás creímos en el desenlace?.

y seguirá. Así, con el cine y la dieta. Con el ron y las papas fritas (con ketchup). Para seguir yo también, loca por esos sueños que veo reflejados en tus ojos (y sólo en ellos), adicta a ver surgir desde lo más profundo mis alegrías, desde ese hoyo que creí infinito y donde hoy se desatan las más increíbles carcajadas. La felicidad agitada, a la vuelta de la esquina, a unos pasos en la vereda, a unos centímetros de tu boca. Justo ahí. Donde respiramos el mismo oxígeno.

Just like that, y por varias razones; se acabaron los días de auto limitación. Hoy las ideas llueven; llueven a lo tropical, sobre un terreno caluroso, húmedo. Nada opaca, cuando lo único relevante es mi cabeza apoyada a tu pecho, o tus manos acariciando mi mejilla.

martes, 22 de julio de 2008

· He de llorar ·

Lo peor es perder un escrito. Es comparable a perder un trozo de vida, o a un ser querido. Los que escriben me entienden. Incluso una pequeña expresión de eso se entiende cuando fotolog borra los post, y la impotencia es incontenible.
Bueno, acabo de perder un trozo de mi alma, de mi corazón y vida.
He de llorar.

jueves, 3 de julio de 2008

· Vista a través de un nuevo cristal ·

Apoyé la oreja en la pared helada, lisa. Escuchaba murmullos lejanos a tan solo unos pasos de mi existencia. Cerré los ojos para concentrar mi atención.
Inútil: aunque las voces parecían querer dirigirse a mí (y solo a mí). Como enviciadas con alguna especie de agonía eterna, una agonía que las obligaba a vomitar consejos, palabras y frases cliché sobre mis pies cansados, sobre mi cara demacrada, sobre mi cuerpo exhausto.
Me arrodillé en las cerámicas frías, sentí el ardor de las heridas en cada uno de los centímetros de mi piel. Toqué mi rostro y descubrí sangre, toqué mi pecho y sentí la carne tibia y viva del músculo palpitante.
Arrastré mi cuerpo hacia el marco de la puerta, recorrí con la vista el cuarto oscuro-luminoso.
Sentí el viento en mi cara. Frío, salado. Y vi nuevamente el mar, ese mar en donde hace algunos días lancé lejos los barquitos. Bien lejos. Para que encontraran su propio destino. Ese que no se corresponde al mío, que no tiene equivalencia en mis proyectos, que no tiene futuro en mi futuro.
La luz me dañó los ojos.
Apoyé la oreja sobre la pared helada, lisa. Escuché los murmullos cada vez más cercanos.
El agua llegó hasta mis rodillas. La sal terminó por agudizar el dolor de las heridas permanentes.
Y sentí que me dejaba llevar. Sí, por esa corriente que no quiso detenerse. Por esas olas que me abrazaban cálidamente, y me llevaban lejos, sí; a cualquier destino lejos de este mundo, de esta tierra, de este presente, de esos barcos y de ese horizonte que no me pertenece.

Los murmullos se volvieron griteríos. A medio centímetro oí la voz que tanto me había estado llamando, buscando. La espuma y el agua fueron testigos. Porque nos enredamos.

Y no eran murmullos, ni gritos...

eran tus palabras; de esas suaves y tibias.

I'm dying of love
it's OK

martes, 24 de junio de 2008

· Los adioses se alejan mar adentro ·



Sobre cada barquito coloco una fecha, una sonrisa, un recuerdo. Lo lanzo al agua y lo veo alejarse. Marea arriba, adentro. Minuciosamente corto un nuevo trozo. Lo doblo por la mitad, luego la mitad de la mitad, tomo una punta y hago un triángulo, las sobrantes se convierten en triángulos también. Y viene lo más difícil; cuando pasa de ser sombrero de marino a barquito blanco, ilustre, ganador de todas las batallas. O casi todas.

El viento sopla fuerte en mis cabellos. Aleja rápidamente la flota hacia un horizonte eterno, hacia un sol de atardeceres, hacia un rumbo desconocido, nuevo. Las lágrimas parecen atropellarse para vaciarse sobre ese caldo que guiará lejos el cariño, las explicaciones, las caricias.
Me despido de la flota. Indiferente me da la espalda. Como si no hubiese sido yo quien con exageradas precauciones construyó sus barcos...

El nudo de mi cuerpo durará un tiempo. El suficiente como para permitir reconciliarme.

Sin embargo...
Me tranquiliza una mano que me aferra con dulzura.
Me tranquiliza el calor proveniente de tierra firme.

Entonces veo, poco a poco y lentamente, que la flota ya se hace imperceptible.

domingo, 15 de junio de 2008

·Soy una amalgama·

No creí que los caminos se tornaran paralelos, tanto así que llegaran a juntarse en algún punto del plano. Tampoco creí equivocarme al cerrar los ojos frente a la trifurcación para dejarme llevar. Ahora veo que he caminado dos pasos y retrocedido uno. Que he dejado caminos inconclusos y he escapado apresuradamente para no enfrentar dolores.
Tengo miedo.
Miedo de esa nueva trifurcación frente a mi vista.
Por eso recorro mi situación desde un helicóptero, intentando sobrevolar objetivamente los sentimientos. Sin embargo, a ratos parezco perder altura, y comienzo a caer lentamente sobre ese océano tan grande y solitario que es mi amalgamada invención del mundo... Ese caos que inventé y construí de lágrimas y terrones de esperanza: lágrimas frías que ocupan las tres cuartas partes.
Mientras caigo el aire gélido me permite reaccionar para tomar nuevamente las riendas metálicas: nuevamente me alzo sobre todo y todos.
Pero ya sentí el calor de alguno de esos montículos que recibirían mi inescrupuloso descenso.
Ya sentí el calor de estrellarme, de fundirme plenamente en esa mezcla de pinturas, canciones, fotografías y sentimientos.
Nunca me sentí tan perdida.
Y nunca sentí tanto el deseo de creer y rehacer por mí misma esta figura desvalida que llamo cuerpo, demacrada por las horas en que llené los océanos salados.
Quiero un fu bemol.
Esa nota inexistente, ese estado intermedio (intermedio de la nada).
Al parecer no busco coherencia ni vida real; simplemente ese punto falso, ese paso en falso que me garantiza no errar. Así que despliego mis alas, para sentir plenamente el fuego y el hielo mezclados, intermitentemente. En búsqueda de ese límite que me muestre un nuevo paradigma de la felicidad, un nuevo espejismo que corra paralelo a mi vida olvidada, pero que lo haga dejando atrás ese único punto de encuentro en el plano... El punto de partida.
Soy una amalgama.
Y me di cuenta de que no poseo alas para esquivar el sufrimiento.
Ja, siempre lo supe. Pero a mi pesar, necesitaba una sonrisa amarga que me permitiese reir de mi propia situación, una y otra vez, torturándome.
Soy una amalgama y tengo miedo. Miedo porque la bencina parece acabarse, y las fuerzas parecen consumarse. Miedo a desfallecer sobre el océano de mis lágrimas, sobre el espejismo de mis dolores. Miedo a correr en dirección equivocada frente a esta nueva trifurcación. Miedo a que ya sea demasiado tarde. Miedo a que luego sea demasiado tarde. Miedo a que el tiempo deje de congelarse y parecer inmune. Miedo a la soledad. Miedo a dormir nuevamente. Miedo a equivocarme. Miedo a ser yo:
Esa amalgamada figura sobre un juguete que pretende (irónica, amarga, penosamente) la panorámica de una posible respuesta.

miércoles, 11 de junio de 2008

Caminaba sola.
Sentía el frío.
De la pérdida...

Debiera sentirme tranquila.
Convencida...

Pero mis ojos no pensaban lo mismo,
mientras bañaban el pavimento.
Mientras mis oídos sufrían las torturas
de los recuerdos...

"Don't look back into black
Don't let the memory of sound drag you down"

Las lágrimas mojaban penosamente el cemento.

·Stop Swimming·

This song leaks out onto the pavement
It could be a joke, it could be a statement
The more that I fake it and pretend I don't care
The more you can read in to what isn't there
Maybe it's time to stop swimming
Maybe it's time to find out where I'm at
What I should do and where I should be
But no-one will give me a map
I'll leave now this can't continue
But I forget which door I came through
And I know that the lift can be painfully slow
So I think I'll leave through the window

·Hechos...·

y no sólo palabras.

Adiós.

Hoy, seguiré ese camino.

martes, 10 de junio de 2008

·Arqueología·

Los restos invisibles seguían de pie, y los fantasmas aún soportaban las paredes sobre sus espaldas: obstinados al olvido. Sí, obstinados.

Poco a poco encontraban bajo las piedras los retazos de sus andanzas anteriores. Esos recuerdos que ni el súbito derrumbe pudo borrar.

Y ya comienzan a resignarse a la inmortalidad de las conexiones...

*La arqueología es una disciplina que intenta mantener viva la psicología y cultura en un tiempo determinado. No es sólo el hecho informativo en sí, ni un sostenedor de la historia. Tiene mucho más que eso: descubre lo que fue sepultado bajo el polvo del tiempo, para hacerles cobrar una nueva vida dentro de la época. Una vida que hable de las anteriores. Que hable de esos recuerdos, de esa 'forma' existencial. Una nueva vida que renueve la voz de esas fotografías borrosas, la vida de esas que lucharon frenéticamente por mantener los matices y colores a pesar del tiempo y los constantes derrumbes: obstinadas al olvido. Sí...

Pero parecen no poder encajar en el mundo moderno. Se baten contra sus propios sentimientos encontrados. Amando el olvido, así como el ser descubiertas...


Esbozo de un inventario de recuerdos encontrados:

- Pasos.
- Bancas.
- Frío.
- Fotografías.
- Olvido.
- Sueños.
- Escritos.
- Café.
- Con pie de limón.
- Buenos Aires.
- Parques.
- Helado.
- Y ron.
- Complejos.
- Invierno.
- Amor.
- Caipirinha.
- Abrazos.
- Y besos.
- Edad.
- Pena.
- Impaciencia.


Impaciencia. Esa que quiere volver a sepultar fotografías.

martes, 20 de mayo de 2008

· Blackwater Park ·


Y estabas ahí: hermosa, tanto como solías serlo. Doblada por el esfuerzo sobrehumano que te costaba mentir: Mentirme. Y sentíamos a nuestro alrededor que nuevamente nos azotaría el invierno; aquel que anteriormente nos vio luchar frenéticamente... Y que en él ya ni las gélidas bancas podrían sobreponerse a perecer congeladas...
Porque no serían ni siquiera nuestros cuerpos quienes las abrigarían, ni nuestros esfuerzos por entibiarlas lo que las salvarían.

Sería la lluvia la que perdería entre desagües las hojas caídas del otoño, la que limpiaría el aire desgastado de un melancólico cielo nublado.

Y, sin embargo, lo extrañaría.

Extrañaría esos parques en donde dejamos nuestra pequeña invención del mundo a medio acabar, extrañaría los abrigos medio húmedos y su fru frú al rozarse, extrañaría los suspiros interminables por historias sin comienzo que creímos poder concretar; aquellos suspiros que nos permitían seguir soñando cada día, seguir entibiando bancas incansablemente, y seguir pensando que quizás... quizás.






jueves, 15 de mayo de 2008

· El lado más dramático de mí... ·

me buscaba con impaciencia; había comenzado a sentir el dolor del desdoblaje, extrañando la calidez y lo hospitalario de mi cuerpo.
Se evaporaba paulatinamente, devorado por el imponente sol, ese sol que parecía no querer ceder ni al invierno, ese sol que despierta en mis ojos cada mañana, y que evita el frío al anochecer.

Y mis suelas se negaban a ceder.
Por suficiente tiempo se había adherido la sombra a mis pies, suficiente como para terminar sintiéndome menos humana dentro de la carne, como para acostumbrarme al frío de la desnudez.
(Incluso amarla)

Resulta lógico que cada hilo se niegue, que luche furiosamente por no desprenderse, por estar siempre colgado a mí.

Y también resulta lógico que cada cierto tiempo le tienda la mano a esa sombra, a esa niebla que me rodea y que la luz pretende disipar.

"Fue ese doble el único que me acogió cuando mi cuerpo no era más que masa, y me enseñó la inspiración...
Por eso yo también me aferro al dolor, como la gota de licor que recorre mi cuerpo creando literatura."

Entonces tomo la aguja y repaso el hilo que, al parecer, no podrá soportar.
Pero sólo de vez en cuando.
Porque el calor comienza a agradarme.
Y el lado más dramático de mí comienza a alejarse,
reconociéndolo sólo en excusas.

Y ya la luz lo ha evaporado completamente
y ha pasado a formar parte del aire...



Ese aire que revuelve mis cabellos,
que recorre mi cuerpo haciéndolo encrisparse,
y que sonrié junto a mis labios cada día de sol.

domingo, 27 de abril de 2008

· 24/02 ·

Y sin embargo, la página estaba demasiado limpia, demasiado en blanco. Que las primeras pinceladas fueron frágiles, inexactas, precarias y - en su mayoría - erróneas, teniendo que (inevitablemente?) ser tachadas o explicadas. Así, la escritura ya no se vió perfecta sino tan fallida como en ocasiones anteriores. Tan fallida pero a la vez distinta; cargada al "yo" y al egoísmo, al deliberado deseo de obviar a los demás, las influencias y el exterior...

Detesto correr tras las sombras del polo opuesto.

Aquel que imanta mi persona (lidad) absorviéndola, succionándola, deformándola e idiotizándola. Idiotizada como un zombie.

Celestezombie, como madre cloaca.

----- cloaca.

jueves, 10 de abril de 2008

·Mensaje Subliminal·



Recuerdo haber llegado hasta la "tri"furcación de los caminos, esa que tanto había intentado esquivar caminando lento, retrocediendo pasos.

Recuerdo haber mirado a lo lejos hacia esas tres direcciones, buscando algún indicio de vida, algún rayo de sol que sirviera para aferrarse.

Todos inhóspitos, desiertos.

Estuve un buen rato sentada ante la decisión.

A pesar de todo, había un camino en el cual podía ver "algo" a lo lejos, y entonces lo elegí.



Si tan solo no hubiese sido tan ingenua en aquel momento.

Se trataba de un espejismo.

El camino terminaba en el vacío. Se iba poco a poco "desconvirtiendo" de lo material a una "nada" perfectamente limitada y sin límites. Una "nada" que me succionaba, que me llamaba y me atraía a medida en que se hacía cada vez más dolorosa.

Me hubiese quedado refugiada en ese espejismo para siempre... Pero el desdichado me escupió, me lanzó nuevamente hacia la "tri"furcación, cerrándose para mí, y dejándola sólo en "bi".

Recuerdo haber perseguido su recuerdo durante siglos.

Cuando alguien quiso conducirme, lo maté. Pero no sin dolor.

Maté el presente y con ello nació la " "furcación.

Hasta que el pasado se presentó. Me tendió una mano mostrándome un futuro distinto, que se saltaba épocas enteras y no respetaba linealidades.

Partí entonces por la " "furcación. Cogí casi todos mis recuerdos y los eché al bolsillo. Caminé ayudada por una mano invisible.


Encontré-

Sí, encontré-

Y cada día vuelvo menos la vista hacia atrás, hacia la "tri" furcación de los caminos,

allá donde abandoné recuerdos que elegí "guardar" en la tierra,

en la tierra y no en mis bolsillos.

sábado, 1 de marzo de 2008

· Escala Cromática ·

Estoy rendida ante las mil facetas que mimetizan los colores,
me riño a cada instante con este pudor insaciable,
soy impasible en actos inauditos e inalcanzable,
me fijo tras esta pared plana de reflejos,
soy la imagen traslúcida de una muerte prematura,
las hojas de mi cuerpo se desprenden secas de mentiras,
marchitas de esperas, podridas de tiempo.


Estoy rendida ante lo infinito,
soy un punto en la era de la destrucción,
mis pensamientos valen más que los granos de arena,
postrada frente a la visión de la oleada absurda,
obligada a ver masacres de iguales.


Estoy rendida ante las mil facetas de lo infinito,
mimetizada como un punto en la destrucción,
postrada ante la visión de mi propia muerte,
obligada a ver marchitas las horas de mi espera,
bajo mi existencia,
que vale poco más que un grano de arena...


____________________________________



Tiene como tres años de ser escrito, y aún me resulta increíble lo "yo" que sigue siendo.

lunes, 25 de febrero de 2008

· El Baile de las Márcaras ·

Ochocientos mil quinientos kilos de plomo cayeron sobre su espalda.
Sin embargo, ya no chocaron contra esa muralla medio rota que solía llamar su "escudo".

No.
Ahora se encuentra al descubierto. De forma mínima, irreconocible.

Y es que encontró una manera mejor de protegerse: arriesgando su propia identidad.

Claro, de forma inconsciente fue separándose en pedacitos.

jueves, 17 de enero de 2008

· Red is a Slow Colour ·


Paradójicamente volvemos a nacer.
Rodeados de un nuevo fondo;
blanco,
limpio,
listo,
liso.
Y es que hay tanto por lo cual empujar nuevamente los pétalos hacia afuera.

lunes, 14 de enero de 2008

·A life all mine·



Y así es el fin.

Incapaz de eternizar la hermosura.

Y así es el fin; un puñado de flores marchitas.

domingo, 13 de enero de 2008

· Efímero ·


Me gusta porque da la impresión de estar naciendo...
la sensación de que con fuerza empuja sus pétalos hacia afuera,
un afuera que no es capaz de dimensionar.

Pobre ingenua.
Empujando frenéticamente hacia el fin,
un fin que no es capaz de dimensionar.

Así como todos avanzamos,
sacando de no sé dónde fuerzas, a pesar del dolor,
a pesar de que el fondo se ve siempre negro.
Y quizás es sólo eso.
Es el segundo en que alguien captó nuestra esencia,
o nos vió en la lucha hermosa y desesperada
(porque mientras más desesperada, más hermosa).

Al final no somos tan distintos.
Si de todos modos, la rosa siguió creciendo y muriendo


Sí..
a medida que crecía, moría.