martes, 16 de septiembre de 2008

· Pensamientos aleatorios de un momento indefinido ·


Ahora creo teñir de palabras el rincón que como espejo me refleja. Y puedo ver a través de mis líneas un mensaje intrínseco, una doble lectura. Es la interpretación que se teje durante el hilaje de ciertos sentimientos, aludiendo a realidades alternativas, a vidas externas. No veo otra emoción más que la que me permite sonreír sin pausas, dejando de lado ese cansancio que remueves en caricias, abandonando y escondiendo bajo la cama las pesadillas que alguna vez pudieron atormentarme. Mis pies parecen pisarlas, y las zapatillas sienten el acolchado bajo sus zuelas.

Me divierto caminando siempre hacia adelante. Puedo oír alrededor el griterío y obviarlo. Puedo respirar el aire contaminado sin enfermarme. Puedo cruzar el abismo tranquilamente. Puedo cruzarlo por el puente. Y estoy divertida de poder caminar siempre hacia adelante, como si no existiese más pasado que el segundo que adelanté hace exactamente un segundo, y el futuro fuese aquel que con ansias espera mis ojos brillantes. Mis ojos brillantes brillando bajo el sol.

Cuántas cuentas regresivas hube de sortear...

Y sin embargo ahora, la bomba de tiempo ha sido aniquilada, anulada. Su estallido se congeló indeterminadamente; me atrevería a especular que eternamente... Es eternidad a lo que saben mis labios después del contacto.

No existe pasado propio. Sólo el que vemos tras el otro, el que está en frente, el pasado que quizás aún rasguña suavecito, que pronto se extinguirá porque el espacio alrededor de nosotros lo hará así también. Y entonces sólo sentiremos el futuro en nuestras manos. En ese espacio que te dije; donde respiramos el mismo oxígeno.

Ese espacio vacío que son los sueños... vacío que cual álbum completaremos.

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