martes, 4 de mayo de 2010
·La ira·
domingo, 2 de mayo de 2010
·Sentido·
jueves, 29 de abril de 2010
·Faces·
viernes, 16 de abril de 2010
·Veneno·
el silencio y un sueño negro.
martes, 13 de abril de 2010
· - ·

El peligro que me acosa, me sanciona.
jueves, 25 de marzo de 2010
·Fugitiva·
La inspiración se ha ido disipando, como quien, expirando el humo del cigarro, ve desaparecer entre las transparentes partículas de aire (y smog, y sudor) a las no-transparente partículas de tabaco.
Así es que cuando me miro en este espejo me deduzco fugitiva.
Ya no hay sombras que me conmuevan y me retuerzan el alma con instinto asesino.
Ahora soy feliz.
La felicidad me parece tan fugitiva como yo, promiscua y toqueteada.
Ahora lo estoy comenzando a comprender todo...
por qué me he alejado de la escritura
por qué considero que la universidad no es mi único mundo
por qué mi rostro ya no es serio cuando camino
por qué estoy escuchando canciones poperas
por qué me alegra pintarme las uñas azules
Y es que las ataduras han desaparecido.
Estoy consciente de que jamás había escrito algo tan precario y falto de intriga (ese gustito que me guiaba como un vaivén de una oración a otra, sin el mayor peligro de perder el ritmo).
Ahora debo reinventarme como escritora.
Ahora debo aprender a escribir desde distintos ángulos.
¿Pero cuánto, cuánto me va a costar?
De cualquier forma soy capaz de cambiar la escritura por la felicidad.
Esa felicidad que de promiscua ha llegado a pertenecerme.
Sólo espero encontrar el hilo que me permita salir del laberinto de la no-creación.
Y dejar que las letras me alcancen para sumergirme en ellas.
jueves, 10 de diciembre de 2009
· No videntes ·
A ratos me veo sentada en un muelle observando ese océano.
Algunos de mis amigos tienen cataratas en los ojos. Claro, no está diagnosticada, porque nadie puede verla. Seguramente podría ganarme un premio mundial con el siguiente descubrimiento: las cataratas no son un fenómeno de los ojos, propiamente (aunque el Niágara escurra por tus pupilas, créeme, no tienes la enfermedad). El método científico me acompaña, y eso que harta desconfianza le tengo. Supongo que el tenerlo de mi parte logrará que mi voz sea oída por aquellos que se niegan a hacerlo (esa es otra enfermedad que procuro investigar en un tiempo más). Siguiendo al pie de la letra lo que de él (el método científico) me enseñaron durante el colegio, enumero:
1.- Observación: lo primero que me llamó la atención fue notar la realidad de que, aunque muchos estuviesen mirando exactamente hacia el lugar en que el hecho estaba sucediendo, nada podían entender acerca de él. La observación la realicé durante muchos años, incluso conmigo misma (para los más exagerados).
2.- Hipótesis: la enfermedad comúnmente llamada "cataratas" no ataca exclusivamente a los más ancianos, ni se manifiesta con una leve tela blanca que va cubriendo lentamente la pupila. A esto, propongo: afecta a todos por igual, ya sean niños, adultos, adolescentes, jóvenes, viejos, vejetes, y demases. Se localiza en: algún área del cerebro.
3.- Experimentación: esta es, seguramente, el área más complicada para muchos. Sin embargo, a mí no me resultó difícil: prácticamente todos tenemos una leve cantidad de cataratas -que ahora llamaré "cataratas cerebral".
Para mantener la confidencialidad, no daré nombres ni algún otro dato.
El experimento consistió en agrupar a una cantidad determinada de personas que fueran lo que se llama "muestra". Sus edades fluctúan entre el primer año de vida y los cien años. Cada uno de ellos me relató alguna historia personal: cualquiera. Luego pregunté la misma historia a sus parientes, amigos, ex amigos, ex novios, novios, etc. Las historias variaban considerablemente y la mayoría de ellas se correspondían mejor entre las de las personas ligadas al relato mismo, que la persona que me lo narraba.
A partir de esto, construí una gran cantidad de gráficos separados tanto por edades como por sexo. Increíblemente la tabla mostraba una similitud insospechada: casi todos los niveles eran iguales, aunque se tratara de diferentes edades, estratos sociales absolutamente distintos, o lo que fuera, todo se resumía en lo mismo: y es que los sujetos de mi experimento solían no hacerse plenos protagonistas de sus historias. Maravillosamente suavizado, el pasado que ellas rememoraban siempre era mucho menos crudo o más feliz de lo que las demás personas ligadas al hecho recordaban. Incluso aquellos sujetos que mayores problemas sentimentales tenían actualmente (lo cual también se anexó como otro gráfico), solían minimizar las situaciones.
Este insospechado resultado me llevó a considerarlo como un fenómeno físico. Es así cómo llegué al estudio del corazón. Increíblemente descubrí que, además de sangre pura y limpia, el órgano transporta una hormona específica y exclusiva hacia el cerebro: esta hormona se activa en ciertos recuerdos y/o situaciones (generalmente pasajes tristes de la vida). La hormona es secretada por el corazón hacia el cerebro por una arteria específica (que aún no bautizo, pero que empíricamente existe), y tiene la labor de "empañar" la zona del cerebro que almacena o que está tramitando la situación. De esta manera, el corazón, irracional como sabemos, actúa ante los sentimientos bombeando algo más que vida: bombea mentiras.
Las cataratas cerebrales son, por tanto, parecidas a aquellas que solíamos nombrar cuando nos referíamos a los ojos nublados de algún anciano. Sin embargo, a la luz de este experimento , podemos ahora referirnos a aquella zona del cerebro que ha sido intervenida por tales hormonas. El resultado, como dije, consiste en que la persona tiende a olvidar o a sublimar el hecho recordado o vivido. Se presupone que es un mecanismo de defensa propio del cuerpo humano.
4.- Conclusión: las cataratas de ojos nada tienen que ver con la cerebral. El que un velo cubra el globo ocular no indica que no puedas VER. Quienes realmente no pueden ver con la claridad necesaria son aquellos que inconscientemente fueron ayudados por la hormona recientemente descubierta. Siendo así, la estupidez humana de no ver lo obvio aunque esté frente a sus narices podría tener alguna cura. Seguramente algún laboratorio del futuro creará el remedio para que el corazón deje de engañar al cerebro.
Por ahora, recomiendo un par de cachetadas. Si no funciona, entonces no hay cura: sólo si la persona quiere ver, puede hacerlo. Entonces, una segunda hormona será secretada desde el cerebro mismo (quizás desde la hipófisis) para atacar a la que el corazón envió. La batalla actuará como limpiavidros del cerebro y de los ojos. Abuelito, si tiene de esas cataratas que no le dejan leer estas letras, despreocúpese: la enfermedad realmente terrible está en la cabeza misma.
Y como dice la frase no-latina: "No hay peor ciego que el que no quiere ver".
viernes, 9 de octubre de 2009
· Lluvias inesperadas ·
Ha olvidado mis palabras.
Ha olvidado mis (des)dichas.
Se ha olvidado a sí mismo y no dejó un rastro.
Sus huellas desaparecen como el veintinueve de febrero.
No nació en un hospital concurrido, ni su entierro se efectuó en cementerio moderno.
Pasó como un fantasma aún más invisible.
No dejó rastro de mis elucubraciones.
Ni de sus flores recién creadas.
Ni de sus banderas.
Ha olvidado sus huellas.
Porque
su padre olvidó fecundarlo.
o su madre quizás era estéril.
Y entre agosto y octubre no hay nada.
Ni siquiera un espacio que recuerde su existencia vacua.
Ni siquiera un link en blanco hacia un destino falso.
Porque
su madre y su padre (yo) olvidaron que vivió, tornasolado bajo un sol tibio.
Entonces decidió caminar sobre sus recuerdos
borrando como supo las secuelas de su visita.
Así, sutilmente y sin rencores
septiembre lloró.
miércoles, 19 de agosto de 2009
· A tu importancia ·
Las cinco paredes con cinco puertas cerradas (con llave, candado, cerrojo, cadenas), con luz tenue: más baja, ás baja, s baja, baja (excepto una). Cuatro puertas en donde el gas fallece, el calor fallece, el dolor crece (y la humedad también). Musgo en las orillas, entre la madera y el concreto, en la lámpara que ya no vive, en el nombre indescifrable. Musgo en las cuatro puertas (excepto en una).
Y el viento se cuela (y hiere), demacrando rostros.
Entonces la oscuridad fagocitará la última llama, absorbiendo la luz, quizás el calor. La quinta puerta se someterá. Las enredaderas microscópicas, que no florecen (y que no necesitan sol), ahogarán sus huecos hurtando el aire, creando bruma, transmitiendo el frío. Y las cinco puertas formarán un pentágono perfecto (del dolor).
Y allí viene, (oh, cuchillo imperecedero) a quebrar mis sueños como aquel espejo. Y allí vienes, (oh) a amortiguar mi vida, a negar mi vida.
Pero apareces tú, a quitarme la escarcha de los ojos cansados, a hundirte en ellos como tibia energía. Apareces tú, riéndote de la ingenuidad del viento, traspasando su filo letal con tus manos. Apareces tú, el par inédito de la quinta puerta... apareces tú ( y no otro ) porque eres (tú) el único que puede traer mi cuerpo gélido (inerte, melancólico) de vuelta a la vida. Eres tú el que acogerá mis risas en tu rostro satisfecho, y eres tú el que acariciará mi pelo esparcido en tu pecho.
sábado, 13 de junio de 2009
· Disculpas a mí misma ·
Qué triste se torna mi mano cuando no sabe escribir más que espacios en blanco.
Las letras desengañadas me gritan traidora, cuando la academia se roba mi magia y ya no sobran para esta Arcadia...
esta Arcadia precaria ya desierta, tan pequeña... tan seca de palabras y de encantos.
[No temas, partitura vieja, el compás vendrá a dibujarse: delinearé cadenillas en tus espacios vacíos y dejaré silencios sólo cuando así brillen las negras.]
miércoles, 15 de abril de 2009
· Es Ca Pe ·
Es como si fuesen incapaces de comprender la realidad desde afuera, siendo una especie de tercera persona impersonal, o narrador semi-omnisciente (porque es sólo un observador y no un sabelotodo). No digo que yo lo sea, y que esté por sobre esos cientos de pies y brazos que recorren las calles. Pero sí creo que el sentido se lo encuentro a la vida en los detalles más pequeños, de una manera casi...
Camino hacia mi casa. Es un día como cualquier otro: requirió un sacrificio en la mañana, luego de una noche de estudio, soportó el olor a humano en el transporte público, el cerebro trabajó con intensidad.
Camino hacia mi casa. A esa hora no me gusta escuchar música. El calor y las guitarras rockeras no pegan, sino que abruman. A menos que sea algo suavecito. No. Durante el viaje no, cuando camino sí. Un suavecito Are you there.
O quizás sin baladas. Quizás sólo oyendo el viento que roza mi cara, mis ojos, que eleva mi pelo. Y entonces me siento dejar de caminar y floto. Floto hacia mi casa, dejándome llevar por esa brisa del atardecer, de los autos rápidos y apurados por llegar a alguna parte, de las personas histéricas por el bullicio. Y es mágico... me paseo entre aquellos que no sienten la felicidad de contemplar el cielo, el movimiento de las hojas de los árboles altos... Floto hacia mi casa mirando el detalle, aunque sea mínimo.
Observo la vida. La vida me llena de sentimientos, que se revuelven, que me renuevan, que me entretienen. Y me maravillo de su existencia en cada una de sus expresiones, incluso en aquel viento que me dirige, que es inerte, pero a la vez tan lleno de significados...
Llego a mi casa. Abro la reja. Vuelvo a lo cotidiano. Pero ya tuve ese momento de escape. Semi-romanticista. Sólo falta la mano que abrace la mía [Tú].
El mundo es perfecto. Podemos hacer lo que queramos, podemos ser semi-omniscientes y mirar desde afuera. Sí. Y eso me renueva. Podemos dejar llevar nuestra vida por la vida misma.
Y yo soy feliz sintiendo el aroma de ese juego que brota cada vez que camino hacia mi casa. Sonrío porque sé que hay tanto por conocer y tan poco tiempo, y que será juntos.
Nadie podrá arrebatarme este cuerpo lleno de vida. Y nadie podrá opacar la imagen del mundo que sé observar. Nadie. Incluso aunque todos me digan o aunque todos intenten convencerme, Incluso aunque estén todos convencidos... Nunca, jamás seré de los que creen, que aquel aire que respiro a bocanadas... está cargado de humo.
(I don't have a life all mine to lose. I have a life all mine to live.)
viernes, 30 de enero de 2009
· February ·
Y entonces no pude más que tirarme al piso a llorar con las manos cubriéndome la cara. Así durante todo un mes... Un mes en que no podría apoyar mi rostro angustiado en tu hombro. Un mes en el que no podría sentir tu calor abrazando al mío.
viernes, 23 de enero de 2009
· PostData ·
Debe ser la extraña vida de los que trabajan... no he logrado acoplarme a ese horario ruinoso con todo tipo de expresión que se salga de los cánones, básicamente porque se mueve en las horas lúcidas de una persona normal. En concreto, llego a la casa y solo quiero descansar y no pensar en nada (ya hubo suficiente de eso mientras intentaba matar el tiempo que parece no correr...). Pero a la vez siempre me recuerdo mis objetivos, intentando solidificar la voluntad, intentando no ceder ante la vida de los demás... Porque es así, yo simplemente no puedo sentirme a gusto. Y no me perdonaría jamás el acostumbrarme. No me perdonaría jamás el resignarme frente a algo que no amo, sólo por necesidad. Antes, prefiero luchar hasta morir.
Quizás también estoy exagerando. El punto es que no he tenido esa chispa creativa que con anterioridad me permitía explayarme en mi queridísimo blog. Y no sé si se trata de las ocupaciones laborales aquellas o simplemente porque decidí cambiar el chip durante el verano. Aunque debo confesar que tampoco he tocado piano, y eso es lo que más me duele (precisamente porque sé que luego me dolerá no haberlo hecho cuando tenía tiempo. Hoy no duele. Mañana sé que sí).
El punto también es que he vuelvo a escribir. Es extraño. En realidad no tanto... pero por momentos, siento que mis sentimientos van a estallar, y que debo canalizarlos de alguna forma. Aunque sea de esta forma tan simplona (porque no vamos a decir que estas líneas son demasiado valiosas). Heme aquí, intentando canalizarlos. Ah! Pero olvidé decir qué era aquéllo que me sobrepasaba. Algunos lo encontrarán cliché, otros, cursi. Pero qué vah... lo que me llena hasta el punto de salírseme por los poros es nada más y nada menos que: el amor.
Ese que hacemos crecer cada día más, amor.
miércoles, 12 de noviembre de 2008
· La Flor Azul ·
Me pregunto si llegará el minuto en que los ensayos absorberán mi capacidad creativa, o si terminaré como aquella profesora que nos advirtió una vez no dejar nunca de escribir (como ella lo había hecho).
Sí... y resulta paradójico pensar que mientras más me sumerjo en el impetuoso mundo de la literatura, más me alejo de la creación misma, del origen del ensueño, del retorno constante a mí misma y, a la vez, más me acerco a la contemplación rutinaria de retórica trillada, páginas más blancas o más cafezosas, el saboreo sólo instantáneo de alguna bella figura literaria que se perderá rápidamente en el mar de hojas incapaces de presentarme un placer que me lleve al éxtasis.
Y entonces creo que es hora de releer.
Releer aquellos cuentos que delinearon mi futuro, futuro en el que me veo inmersa y (por qué no decirlo) feliz.
Pero comencé mencionando que deseo escribir, y ya me desvié a la lectura como una necesidad nueva. A veces me sorprendo de esa capacidad retroalimentativa de mis pasiones. Que mi fuente de inspiración se encuentre, a la vez, como actualización de la tradición literaria hispanoamericana. Mi escritura es quizás tan efímera como la precaria representación de los ideales surrealistas y, sin embargo, la adoro.
No consigo ligar demasiado bien mis frágiles pensamientos. Ahora frágiles. Pero ya quiero el descanso y reconstituir mis agonías, mis fuertes emociones que a chorreras desprenden las hermosas (según yo) hilvanaciones de palabras (frases, ideas... después de todo es una redundancia, pero bella... no puedo no amar los epítetos).
Y así esperaré, segura de que aquellos soliloquios volverán. Lo sé porque antiguos susurros me lo aseguran (susurros de Cortázar, de Sábato...), y también porque se ha marcado una nueva era en mí. Aquella era que se configura junto a ti.
Y no sé por qué tengo la sensación de que gracias a eso jamás se esfumará de mí ese resplandor que me permite brillar. La sensación de que la escritura y la lectura son capaces de delinearnos de manera perfecta y complementaria. Un día como estos en que todo nos sonríe... y en el que siento la necesidad imperiosa de reclamarle unas líneas eternas a mi corazón, sólo para que tú... sólo para que tú las leas.
lunes, 22 de septiembre de 2008
· No han pasado ni cinco minutos ·
martes, 16 de septiembre de 2008
· Pensamientos aleatorios de un momento indefinido ·
Me divierto caminando siempre hacia adelante. Puedo oír alrededor el griterío y obviarlo. Puedo respirar el aire contaminado sin enfermarme. Puedo cruzar el abismo tranquilamente. Puedo cruzarlo por el puente. Y estoy divertida de poder caminar siempre hacia adelante, como si no existiese más pasado que el segundo que adelanté hace exactamente un segundo, y el futuro fuese aquel que con ansias espera mis ojos brillantes. Mis ojos brillantes brillando bajo el sol.
Cuántas cuentas regresivas hube de sortear...
Y sin embargo ahora, la bomba de tiempo ha sido aniquilada, anulada. Su estallido se congeló indeterminadamente; me atrevería a especular que eternamente... Es eternidad a lo que saben mis labios después del contacto.
No existe pasado propio. Sólo el que vemos tras el otro, el que está en frente, el pasado que quizás aún rasguña suavecito, que pronto se extinguirá porque el espacio alrededor de nosotros lo hará así también. Y entonces sólo sentiremos el futuro en nuestras manos. En ese espacio que te dije; donde respiramos el mismo oxígeno.
Ese espacio vacío que son los sueños... vacío que cual álbum completaremos.
domingo, 7 de septiembre de 2008
· Oh, yes ♪ ·
Así da vueltas, con las notas del piano, y esa frustración que intento canalizar con el estudio desaforado de unas cuantas partituras.
Y llego a Bilbao, sin saber cómo, soñando nuestros sueños, despierta, porque así estamos, despiertos, caminando, caminando...
Love me two times. Para siempre.
Y la sonrisa no puede evitar dibujarse en mi rostro. En el tuyo. Sin importar las arrugas posteriores, sin importar que contraste con el gris del cemento. Soy feliz. Somos felices.
Creo que me tomaré ese break. Al menos por hoy... al menos por hoy.
Mañana un nuevo día de conmociones, de emociones, de estudiaciones. Mañana un nuevo día, un nuevo nuestro día, el día número siete, el día dos meses y nueve, el domingo.
Al menos, el puente nos invita a refugiarnos del estrés. Sabemos que en cada mirada podemos tumbarnos en él, mirar el cielo tranquilamente, abrazarnos y estar en paz. Y así yo sé que, la próxima vez, no dejaré que los impulsos controlen mis palabras. La próxima vez será planeado. La próxima vez será meditado y corregido.
Hoy no. Hoy es de esas veces en las que dejo escapar, dejo escurrir. Y todo lo que sale es un desorden, una amalgama. Todo lo que se plasma es el sentimiento en erupción.
Se acabó; me voy a dormir.
Y me iré a soñar con la canción alegrando mi cansancio. Pensando en que no son dos veces, sino infinitas. Y en mis sueños te diré que tú también debes, y siempre.
Love two times, one for tomorrow, one just for today.
:)
sábado, 23 de agosto de 2008
· El Olimpo is falling down ·
Su alfarería no los creó a su imagen y semejanza, sino como una especie de mascotas a las cuales podrían observar en los ratos de ocio. Lo más interesante eran las etapas; etapas que los inmortales no poseían; el nacer, el crecer, el envejecer y el morir. Sobre todo el morir.
Corrían a pies descalzos, primitivamente desnudos, indiferentes al lenguaje y bajo ninguna influencia más que los cambios climáticos. No sentían angustia, no se alegraban, no añoraban, no soñaban, no amaban...
Cuando la caja fue abierta, las emociones comenzaron a colmar sus débiles cuerpos. Cuando el fuego les fue dado, sus capacidades se desarrollaron de forma espantosa.
Los dioses creen no equivocarse. Los dioses creen ser aún los amos y señores de toda existencia (viva y no). Los dioses creen no equivocarse. Los dioses creen ser imperturbables, intocables.
Sin embargo allá van los humanos escalando el monte.
Sin embargo alzo la vista y veo a los grandes caer junto con sus estructuras, junto con sus palacios, junto con sus creencias.
El Olimpo se está rompiendo en mil pedazos.
Y mis ojos mojados sólo pueden pensar en que se equivocaron. Cuando los veo caer como animales ingenuos. Cuando doy media vuelta y me alejo.
(Me alejo pero me acerco. Me acerco a los iguales. Me acerco a ti)
martes, 19 de agosto de 2008
· Así te he amado, todo este tiempo ·
Que mi cuerpo no aguanta, se expande, se infla.
Oigo hoy el revoloteo amplificado,
percibo hoy el cosquilleo constante.
Lo percibo.
Dentro, en mis costillas
Dificulta mi respiración, la entrecorta.
Y mi cuerpo no aguanta, se asfixia.
Porque allá van las mariposas.
Liberadas de la jaula que es mi pecho.
Allá vuelan, libres.
Amplificando el revoloteo constante.
Eternizando las sonrisas,
eclipsando los besos,
y volviendo a
mi cuerpo.
lunes, 28 de julio de 2008
· Celeste is happy too ·
revivir el mundo en este día tan
nublado.
y sigue. La vida agitada. Que el perro casi muerto, y el escándalo familiar. Llantos y la hermana grande morbosa.. que mira la herida, que mira el hoyo curiosa. Está movida la cosa, el presente camina a pasos agigantados para alcanzar el futuro anhelado, ese que se delimita como espejismo frente a nuestros ojos, pero fijo, porque existe. Solo falta caminar unos cuantos meses, recorrer unas pocas épocas. Porque pasarán las estaciones; el invierno se sucederá cálidamente (como burlándose del anterior, como queriendo echar abajo los prejuicios) hasta una primavera mucho más amigable aún con las alergias (que afectan a todos menos a ella) y así, así el verano y el otoño, así por años y décadas. Juntos, al final.
y siguió. Básicamente porque no confiamos en el término. Quisimos creer que se prolongaría, y entonces el final se deshizo. Para nuestra suerte, eso que creímos tan fuerte no nos engañó, y ahora nos impulsa a caminar apresuradamente (pero con cuidado, no debemos caernos en los hoyos, ni siquiera en el del perro), pero lento. Y los siglos parecen minutos. Porque eran minutos, y esta permanencia eterna es paradójicamente guiada por el cruce de nuestras manos al recorrer el siempre fiel parque (que nos vio nacer, morir, resucitar y ser). ¿Perduró porque jamás creímos en el desenlace?.
y seguirá. Así, con el cine y la dieta. Con el ron y las papas fritas (con ketchup). Para seguir yo también, loca por esos sueños que veo reflejados en tus ojos (y sólo en ellos), adicta a ver surgir desde lo más profundo mis alegrías, desde ese hoyo que creí infinito y donde hoy se desatan las más increíbles carcajadas. La felicidad agitada, a la vuelta de la esquina, a unos pasos en la vereda, a unos centímetros de tu boca. Justo ahí. Donde respiramos el mismo oxígeno.
Just like that, y por varias razones; se acabaron los días de auto limitación. Hoy las ideas llueven; llueven a lo tropical, sobre un terreno caluroso, húmedo. Nada opaca, cuando lo único relevante es mi cabeza apoyada a tu pecho, o tus manos acariciando mi mejilla.







